Antes de entregar su vida a Cristo, el camino de Fernando, de 17 años, estuvo lleno de lucha, dolor y confusión. Criado por su madre, una mujer soltera y trabajadora después de que su padre se marchara, él se metió en problemas, enredado en drogas y comportamientos destructivos.
“Iba camino de la muerte, pero Dios me habló, diciendo: ‘No he terminado contigo’”, recureda Fernando. “Él me dio otra oportunidad de vivir y de compartir Su Palabra”.
La segunda oportunidad de Fernando comenzó cuando su madre desesperada lo llevó a una iglesia, la Iglesia Esperanza, en dónde los estudios bíblicos juveniles de los miércoles por la noche le abrieron el corazón al evangelio. A través de esas enseñanzas, Fernando se dio cuenta de que Dios lo estaba llamando a la transformación. Aceptó a Cristo como su Salvador, fue bautizado por el pastor Rey Cantú y encontró una nueva familia en la iglesia.
Una de las figuras más influyentes en el caminar cristiano de Fernando ha sido Randy Cantú, el hijo del pastor y ahora líder de jóvenes en la Iglesia Esperanza. Randy fue un director creativo publicitario de alto nivel, teniendo una exitosa carrera trabajando en grandes marcas y elaborando campañas de mercadeo.
Pero en el 2024, se enfrentó a una decisión crucial. Después de años sintiéndose distante de la iglesia y luchando con su propósito, el llamado de Dios se hizo innegable. Le ofrecieron un trabajo lucrativo, pero lo rechazó, escogiendo en su lugar dedicar su vida al ministerio.
“Tenía una elección”, dijo Randy. “Seguir subiendo en la escala corporativa o seguir el llamado de Dios. Yo sabía que Él me estaba llamando a algo más grande”.
Randy se reconectó por primera vez con el ministerio ayudando con la adoración en la iglesia de sus padres, en dónde notó a algunos jóvenes profundamente involucrados en la música. Al ver su pasión, comenzó a enseñarles a tocar instrumentos, formulando vínculos que se extendieron más allá de la adoración.
Este pequeño acto de mentoría pronto se convirtió en algo más grande.
“Vi cuánto se conectaban a través de la música, y me di cuenta de que Dios me estaba llamando a invertir en ellos”, dijo Randy.
Las simples lecciones de música se convirtieron en un profundo cuidado, ya que Randy comenzó a dirigir estudios bíblicos y a ser mentor de jóvenes que necesitaban desesperadamente orientación. Su enfoque para discipular a los jóvenes es práctico. Él no sólo los guía en la fe, sino que también invierte en sus vidas enseñándoles música, pasando tiempo con ellos en eventos escolares y simplemente estando presente.
“Cada joven es diferente”, dice Randy. “Me tomo tiempo para descubrir cuál es su pasión. Para algunos, es la música. Para otros, los deportes. Los veo jugar, los llevo a pescar, juego baloncesto con ellos. Quiero que sepan que me importan más allá de la iglesia”.
La dedicación de Randy ha llevado a un floreciente ministerio juvenil. Lo que comenzó con sólo tres jóvenes en la escuela secundaria se ha convertido en un grupo vibrante de 20, muchos de los cuales sirven activamente en el ministerio de adoración de la iglesia. Fernando, que una vez fue un adolescente perdido, ahora toca el bajo en los servicios de adoración, aprovechando su talento para glorificar a Dios y animar a otros jóvenes.
“Dios me ha permitido servirle a través de la música”, dijo el adolescente. “Mi vida es mucho mejor ahora. Tengo dificultades, sí, pero confío en que Dios me ayudará a superar cualquier cosa”.
El impacto de este movimiento juvenil se extiende más allá de los muros de la iglesia. A principios de este año, la Iglesia Esperanza organizó un servicio de jóvenes que atrajo a más de 50 jóvenes, un número significativo para su comunidad. Muchos se pasaron al frente para oración y 30 aceptaron a Cristo o volvieron a dedicarle su vida, mostrando evidencia de cómo Dios se está moviendo los corazones.
“Me tomo tiempo para descubrir cuál es su pasión. Para algunos, es la música. Para otros, los deportes. Los veo jugar, los llevo a pescar. ... Quiero que sepan que me importan más allá de la iglesia”.
—Randy Cantu Tweet
El ministerio de jóvenes se está volviendo más estructurado, eligiendo una directiva de jóvenes. Los estudiantes han escogido a Fernando como presidente del grupo. Randy dijo que Fernando está ardiendo por Dios, guiando a sus compañeros con pasión. Es una pasión que Randy quiere ver extenderse más allá de los muros de la iglesia.
“Queremos que no sólo sean espiritualmente maduros, sino también que estén preparados para la vida”, dijo Randy.
La misión de la Iglesia Esperanza es llevar amor y esperanza a los hogares rotos, y esa visión se está haciendo realidad a través de sus jóvenes. No sólo asisten a la iglesia, sino que se están convirtiendo en discípulos, guiando a otros y viviendo el Evangelio.
“Estoy orgulloso de ellos”, dijo Randy entre lágrimas. “Muchos de estos jóvenes nunca han escuchado palabras de afirmación en casa. Por eso me aseguro de que sepan [diciéndoles]: ‘Te quiero. Estoy orando por ti. Dios está contigo’”.
A través del liderazgo fiel de Randy y el compromiso de jóvenes creyentes como Fernando, la Iglesia Esperanza está siendo testigo de un mover de Dios entre la próxima generación, uno que está cambiando vidas y dando forma al futuro de la iglesia.
“Dios tiene un plan para mí”, dijo Fernando. “Él me habla de muchas maneras, y sé que puedo superar cualquier cosa con el poder de Su Espíritu Santo”.