English
Korean
Spanish
Cuando una muerte espantosa amenazó con romper su corazón, Dios redimió la vida de Maribel Chávez y cambió la eternidad de algunos en el proceso.
24 de julio de 2024.
Ese fue el día en que el mundo entero de Maribel Chávez cambió.
Su esposo, José, había salido de casa un lunes del pasado mes de julio para hacer lo que ella esperaba que fuera un encargo relativamente rápido. Pero a medida que pasaban las horas y él no había regresado a casa, ella empezó a preocuparse.
Pasó un día. José seguía sin aparecer. Un día se convirtió en dos. La familia denunció su desaparición a la policía. Pasaron tres días, luego cuatro y nada. Siguieron buscando desesperadamente entre amigos y conocidos para ver si alguien le había visto.
Finalmente, tras cinco días de búsqueda, Edwin, el hijo mayor de Maribel, que ahora tiene 19 años, localizó a José en un hospital de la zona, adonde lo habían llevado después de encontrarlo inconsciente en una calle tras sufrir un derrame cerebral. Cuando la familia llegó al hospital, encontró a José conectado a máquinas que lo mantenían con vida.
“Cuando lo vimos conectado a tantas máquinas, nos quedamos muy sorprendidos», recuerda Maribel. «Lo primero que hice fue abrazarlo y decirle que por favor no me dejara”.
Él estaba inconsciente, pero ella sabía que podía oírla; porque lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos mientras ella hablaba.
José falleció el 24 de julio de 2024.
Un testimonio poderoso
Maribel, miembro de la Iglesia Bautista Travis en español, sabe que Dios ha estado con ella y su familia mientras han navegado por el dolor provocado por la muerte de José. Incluso dijo que siente que Dios la había estado preparando desde principios de año.
Aunque había estado asistiendo a Travis en español durante dos años, dijo que no se había sentido muy conectada con la iglesia o con el Señor. Ella estaba, en sus propias palabras, «sólo usando una silla».
“Había dejado de orar y clamar a Dios, pero en enero de este año, tenía la urgencia y la necesidad de sentir la presencia de Dios”, dijo, “así que empecé a buscarlo en oración con todas mis fuerzas”.
Mientras José estaba en el hospital, lo único que Maribel recuerda haber hecho es orar. A través de sus intercesiones, el Señor le ayudó a darse cuenta de que el deseo que tenía de empezar a buscarle con urgencia era un llamado que Dios le hizo para que volviera a Él porque se acercaba una época de adversidad.
Se dio cuenta de algo más: la familia de la iglesia, a la que anteriormente no se sentía unida, en cambio se acercó a ella, proporcionándole lo que necesitaba material y espiritualmente y dándole ánimo continuamente.
“No tenemos familia cerca, pero tenemos una familia de fe que no nos ha dejado “, afirmó.
“En enero de este año, tenía la urgencia y la necesidad de sentir la presencia de Dios, así que empecé a buscarlo en oración con todas mis fuerzas”.
Maribel dijo que el ministerio de la iglesia hacia su familia hizo que una amiga suya, que no era cristiana, notara algo diferente. Esa amiga vio cómo los líderes y los miembros de la iglesia amaban incondicionalmente a Maribel y a su familia. El pastor principal de enseñanza de Travis Avenue, Ben Bolin, se mantuvo en contacto. También lo hicieron el pastor de la congregación en español, José Rodríguez, y su esposa, Lea. Bobby Bridge, el ministro de atención pastoral de la iglesia, también estuvo allí, mostrando una compasión y preocupación que le hacen sentir una profunda gratitud.
La amiga, francamente, no entendía lo que estaba viendo.
«¿Quién es toda esta gente que viene a visitarte?», le preguntó repetidamente a Maribel.
La respuesta de Maribel era siempre la misma: «Son mis hermanos [y hermanas] de la iglesia».
La amiga tampoco entendía cómo, incluso ante la tragedia, Maribel era capaz de mantener la calma. Maribel dijo que eso le preparó oportunidades para testificar sobre la paz que sólo Dios puede dar a través del don de la vida eterna por medio de Jesús.
“Estoy tranquila porque sé que mi esposo está con Dios”, le dijo Maribel a su amiga, girando la conversación hacia el propio estado espiritual de su amiga.
“Y tú, ¿estás preparada para ir con Dios?”, le preguntó a su amiga. “¿Sabes a dónde vas a ir [cuando mueras]?”.
“No lo sé”, respondió la amiga, “pero quiero estar con Dios”.
La amiga ahora ha escuchado el evangelio y asiste regularmente a Travis en español.
El Señor ha seguido usando a Maribel para hablar a otros de Jesús. Ella ha llevado a dos familias a Cristo, así como a sus tres hijos. Su hija Amy de 11 años fue impactada al ver la paz que Maribel tenía al saber que su esposo está con el Señor. Esto hizo que Amy viera su propia necesidad de Dios, así que aceptó a Cristo como su Salvador. Una semana después, Amy, Edwin y su otro hijo, Joshua, de 15 años, fueron bautizados.
Maribel dice que aprovecha todas las oportunidades posibles para hablar a los demás del Señor, dejando que sus momentos de dolor y ansiedad por «perder un pilar tan importante de su hogar” desencadenen conversaciones evangelísticas que calman su tristeza.”
“Cuando estoy muy ansiosa, voy a la calle en mi vecindario y evangelizo a la gente de la calle, incluidos alcohólicos y drogadictos», dijo. “Hacer eso me quita todo lo que estoy sintiendo en ese momento.”
Una iglesia, una misión
Para Rodríguez, el pastor de Travis en español, fue impactante ver cómo Maribel y sus hijos han estado testificando de Cristo y cómo Dios está obrando en sus vidas.
Él ha pastoreado Travis en español desde agosto de 2022, cuando comenzó a servir como pastor interino antes de ser instalado oficialmente en octubre. Él dijo que una cosa que le encanta de su iglesia es que el ministerio en español de Travis tiene la misma visión que la iglesia principal.
Desde que comenzó su ministerio allí, el enfoque ha sido en el discipulado. Como resultado, Travis en español ha visto un grupo de unos 45 asistentes florecer llegando a recibir hasta 140 asistentes por la gracia de Dios. La iglesia busca proyectar una visión en su comunidad de fidelidad bíblica, servicio y expansión del reino, enviando personas en misión al otro lado de la calle y alrededor del mundo.
Personas como Maribel y su familia.
“Uno piensa que una familia no volverá por un tiempo después de una experiencia tan difícil”, dijo Rodríguez, “pero ha sido maravilloso ver al Espíritu obrando en ellos, testificando de Cristo y perseverando en la fe”.
